Buenos Aires SOS

Junto con su programación, el Teatro Colón renovará ahora también su oferta gastronómica. El mes pasado, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires realizó un llamado a licitación para la explotación de los «espacios gastronómicos» dentro del teatro más importante del país. Según la disposición, la empresa que finalmente obtenga el permiso podrá ofrecer «servicios gastronómicos, comidas rápidas y elaboradas» por un período de cinco años y un canon base fijado en $ 53.000 mensuales. La apertura de las ofertas se hará en una semana, el próximo martes 10 de octubre.

De acuerdo con las especificaciones técnicas, los espacios de cafetería y venta de comida estarán ubicados en los Palcos Balcón, ubicados en el segundo piso, uno en el sector que mira hacia la calle Tucumán y otro en el que mira hacia la calle Viamonte. También en el tercer piso, en el sector «Cazuela», y en el quinto piso, en el sector «Galería». Por último, también se licitó el local gastronómico más grande en el «Pasaje de los Carruajes», ubicado en la Planta Baja, al lado de la boletería y también otro que funcionará como comedor del personal.

Excepto la confitería de la Planta Baja y el comedor, las cuatro restantes estarán destinadas a la atención del público durante las funciones.

«La idea es tener un servicio de primera línea, a la altura del Teatro Colon», explicaron fuentes de de la Dirección General de Concesiones del Gobierno porteño.

Otro requisito es que el mobiliario y equipamiento de las confiterías respete la arquitectura del teatro, con muebles de estilo de madera y tapizado de los mismos colores que las butacas y que sean aprobados por el Ente Autárquico del teatro. También está contemplado que la empresa que obtenga la concesión realice la reparación de los sanitarios.

Como hasta el momento, seguirá permitida la venta de bebidas alcohólicas durante los entreactos. Así se explica en el pliego de la licitación: «Se ofrecerán alimentos de rápida expedición y consumo considerando el tiempo de los entreactos, como bocadillos de categoría y bebida de marcas líderes con y sin alcohol, siendo necesarios el expendio de vinos espumosos».

Esta iniciativa se suma a otras que durante los últimos años buscan generar nuevos ingresos para afrontar los altos gastos de mantenimiento del teatro, que tiene un plantel de más de 1000 empleados y está declarado como monumento histórico nacional. Entre ellos, su alquiler para recitales y eventos privados.

A fines del año pasado, por ejemplo, el alquiler tenía un costo de $ 600.000 por día, un valor fijo establecido por una tasación realizada por peritos del Banco Ciudad. Mientras que el alquiler del Salón Dorado, usado para meet-and-greet con artistas o cócteles de empresas, estaba fijado en los $ 300.000 por jornada. Hoy, gran parte de sus recursos provienen de la venta de tickets aunque algunas funciones pueden ser a pérdida, las visitas guiadas y los subsidios.

La explotación de espacios de comidas dentro de teatros históricos no es una idea novedosa. El famoso Teatro alla Scala, de Milán, cuenta con varios bares en sus foyers que están abiertos antes de los comienzos de las funciones y también en los intervalos. Al lado de la entrada principal, además, se encuentra el restaurante «Il Marchesino», del celebrado chef italiano Gualtiero Marchesi.

(Por Ximena Casas)