«La ex Esma debe ser Patrimonio de la Humanidad»
— 13 junio, 2017 0 11Entrevista a Daniel Tarnopolsky, integrante de Espacio Memoria
El Directorio de Organismos de Derechos Humanos del Espacio Memoria impulsa la candidatura de la ex ESMA a Patrimonio de la Humanidad, bajo la protección de la UNESCO. Uno de los referentes del proyecto es Daniel Tarnopolsky, quien forma parte del Directorio por la asociación Buena Memoria y además es el representante de los organismos en el Centro Internacional para la Promoción de los Derechos Humanos (CIPDH), el primer centro de categoría ll de UNESCO dedicado los derechos humanos a nivel internacional.
Daniel es el hijo de Hugo Tarnopolsky y Blanca Edelberg, detenidos desaparecidos en la madrugada del 15 de julio de 1976 en su hogar. Horas antes habían secuestrado a su hermano, Sergio Tarnopolsky, militante de la Juventud Peronista (JP) que estaba cumpliendo con el servicio militar en la ESMA. En la misma jornada secuestraron también a su cuñada, Laura Inés del Duca, que formaba parte de la misma organización que Sergio, y a su hermana menor, Betina Tarnopolsky, que militaba en la Unión de Estudiantes Secundarios (UES). Todos fueron vistos en la ESMA y hasta la fecha permanecen desaparecidos.
¿Cuál es el significado de que un sitio sea declarado “Patrimonio de la Humanidad por el Nunca Más”?
La declaración de un lugar como Patrimonio de la Humanidad se realiza en función de las decisiones de UNESCO. La denominación de “Patrimonio de la Humanidad por el Nunca Más” le corresponde sólo a sitios que tienen relación directa con masacres perpetradas contra la humanidad. Según la definición de la UNESCO, los sitios de Patrimonio de la Memoria, o Patrimonio del Nunca Más, son lugares que -por haber sido testigo de violaciones de derechos humanos y tragedias en la historia de la humanidad- merecen no quedar en el olvido. Su inscripción en la lista de Patrimonio busca garantizar la no repetición de los crímenes y fomentar la paz a través de la memoria y la reconstrucción de la convivencia intercultural. El valor de estos sitios reside en la memoria y en la influencia que los acontecimientos acaecidos en dichos lugares han creado en la identidad de su sociedad.
¿Qué sitios ya forman parte de esa lista?
UNESCO ha declarado hasta el momento cinco sitios en el mundo: Auschwitz-Birkenau, campo de concentración y exterminio nazi (Polonia); Genbaku Dome, el Memorial de la Paz de Hiroshima (Japón) ; la Isla de Gorée (Senegal); Robben Island (Sudáfrica); y el Barrio del Puente Viejo en el centro histórico de Mostar (Bosnia y Herzegovina). En este marco, consideramos que el Espacio Memoria tiene que entrar a dicha candidatura.
¿Cuáles son los antecedentes de esta candidatura?
Esta idea comenzó a germinar hace cuatro o cinco años a través del CIPDH, creado por el gobierno argentino bajo el auspicio de la UNESCO. Allí está representado el Directorio de Organismos de Derechos Humanos en la ex ESMA. La entonces directora Adriana Arce y Federico Villegas Beltrán, el director de Derechos Humanos de Cancillería, propusieron que era trascendental lanzar la candidatura de la ex ESMA. Empezamos a trabajar este tema con todos los organismos hasta que decidimos lanzarlo de manera formal. Nos vinculamos con la Comisión Nacional de Argentina para la UNESCO (CONAPLU), un organismo donde están representados todos los ministerios y otras organizaciones y que hace de nexo entre Argentina y UNESCO. A partir de esta iniciativa, se creó un equipo con el entonces secretario de Derechos Humanos de la Nación, Martín Fresneda; la directora del Sitio de Memoria ESMA, Alejandra Naftal, quien además había integrado la CONAPLU; el arquitecto Hernán Bisman, quien estuvo a cargo de la curaduría del Sitio; y por mí. La primera tarea de este equipo fue la confección de la carpeta de candidatura, que de por sí era sumamente compleja. Trabajamos intensamente durante todo 2015 hasta finalizarla y la presentamos antes del cambio de gobierno. Para presentar este tipo de propuestas, la UNESCO exige respetar normativas sumamente estrictas. En este aspecto colaboraron muchísimo profesionales que trabajan en el Sitio y que tienen el conocimiento para cumplir con este tipo de requerimientos.
¿Puede detallarnos el desarrollo y el estado actual de gestión de la candidatura?
En octubre de 2016, llevamos a cabo una conferencia en el auditorio de la Casa por la Identidad, de Abuelas de Plaza de Mayo, donde se dialogó con los medios de comunicación explicando los fundamentos de esta propuesta. En aquella oportunidad, estuvieron presentes la presidenta de Abuelas, Estela Barnes de Carlotto; la directora del Sitio de Memoria ESMA, Alejandra Naftal; el presidente del Archivo Nacional de la Memoria, Gustavo Peters Castro; el representante de Abuelas en el Directorio de Organismos, Leonardo Fossati; y yo, como integrante de la Asociación Buena Memoria y también del Directorio de Organismos del Espacio Memoria. Luego en noviembre, se inauguró en el Observatorio UNESCO Villa Ocampo la muestra “Patrimonio y Memoria. Silencioso Resplandor: Conmemoración en Argentina”, con el propósito de conmemorar los veinte años de la inscripción a la lista de Patrimonio de la Humanidad del Memorial de la Paz de Hiroshima. Allí fuimos invitados especialmente para exponer el trabajo que se realiza en la ex ESMA. Se trató de un paso trascendente para la gestión de esta candidatura. Este año, logramos que la Secretaría de Derechos Humanos enviara la carpeta a la Cancillería. Desde allí pasó a la CONAPLU, que la aprobó sin objeciones y nuevamente la carpeta volvió a la Cancillería, que la envió a Rodolfo Terragno, el embajador argentino ante la UNESCO. Terragno tiene una actitud totalmente afirmativa y comprometida y presentó la candidatura oficial de la ex ESMA ante la UNESCO en nombre del gobierno argentino. UNESCO aceptó la candidatura, por lo que entonces entra en lo que se denomina “lista tentativa” de lugares propuestos por la Argentina como Patrimonio de la Humanidad. Ahora debemos trabajar en la presentación del proyecto oficial, que requiere como mínimo dos años de trabajo. UNESCO da estos plazos porque entiende que es el tiempo necesario para preparar el proyecto con los requerimientos que ellos exigen. En este momento nos encontramos realizando la primera propuesta, que es la que incluye las necesidades financieras y técnicas para trabajar en el proyecto oficial.
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