DE SOL, NIEVES, MUNDIALES Y TANGO
— 10 julio, 2010 0 19Buenos Aires Sos.- 10 de julio de 2010.- (Por Héctor Sosa).- «El ritmo de la vida humana y de la naturaleza lo imponen fuerzas invisibles a los ojos y al alma», Zun Cen, año 100, China.
El 9 de julio pasado se cumplieron tres años del día en que los porteños, luego de casi ocho décadas, se vieron primero impactados y luego se dejaron llevar por la belleza de una ciudad en la que la nieve buscó cada rincón de su geografía urbana.
Día gris, fin de semana de un 2007, en donde pocos suponían que la lluvia de chocolate blanco caería sobre el Obelisco o Villa Crespo; Puerto Madero, La Paternal o La Boca. Barrios de alcurnia o en villas de chapa, cartón y ladrillos huecos.
La nieve les llegó a todos. La naturaleza igualó. Lo que en la tierra firme no era tan así.
Fue un fenómeno natural, y a la vez social: miles de personas salieron a la calle.
Jugaron, gritaron, mandaron fotos y videos a los medios. Los blog tuvieron la nevada casi como tema único.
El Gran Buenos Aires ya era blanco a las 17 horas, el centro, ese centro tan pletórico de unitarismo, debió esperar unas horas más.
A las 20:30 horas «el falo» Obelisco era un orgasmo de alegría.
Fotos, auto fotos, mirar al cielo, mirar al suelo.
Detenerse un rato, un tiempo, un segundo de siglos en la madre naturaleza.
Otro 9 de julio, tres años después. Sol cálido y tarde fresca, marcó el cuadro más reciente.
Todavía con el olor a una vuelta tempranera del mundial, afiches tardíos de ventas con los colores patrios y calles que hacia unos días atrás (el 25 de mayo) millones de personas andaban recorriendo, mientras un inteligente espectáculo mediático-real, hacia salir a la gente de sus casas para ver y sentir cultura, con motivo de los actos del bicentenario.
Hace tres años a las 18 horas en Plaza Dorrego: tango y lluvia nieve.
Hace unos días (del 22 al 25 de mayo) a las 18 horas en Plaza Dorrego: miles de miles de personas a la búsqueda de artistas, de imágenes, quizás a la búsqueda de un sentido de pertenencia.
El 9 de julio de 2010 a las 18 horas en Plaza Dorrego: caras al sol, un tango al vuelo y la naturaleza con sus tiempos.
¿Y las almas?
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