CORRIENTES, POR LA NOCHE
— 16 septiembre, 2009 0 19Buenos Aires Sos (BAS).- Abril 2007.- Hoy publicamos un Aguafuertes, de un escritor tipicamente porteño. Caída entre los grandes edificios cúbicos, con panoramas de pollos a «lo spiedo» y salas doradas, y puestos de cocaína y vestíbulos de teatros, ¡que maravillosamente atorranta es por la noche la calle Corrientes!. ¡Qué linda y qué vaga!. Más que calle parece una cosa viva, una creación que rezuma cordialidad por todos sus poros; calle nuestra, la sola calle que tiene alma en esta ciudad, la única que es acogedora, amablemente acogedora, como una mujer trivial, y más linda por eso. ¡Corrientes, por la noche!. Mientras las otras calles honestas duermen para despertarse a las seis de la mañana, Corrientes, la calle vagabunda, enciende a las siete de la tarde todos sus letreros luminosos, y enguirnaldada de rectángulos verdes, rojos y azules, lanza a las murallas blancas sus reflejos de azul de metileno, sus amarillos de ácido pícrico, como el glorioso desafío de un pirotécnico. Bajo estas luces fantasmagóricas, mujeres estilizadas como las que dibuja Sirio, pasan encendiendo un volcán de deseos en los vagos de cuellos duros que se oxidan en las mesas de los cafés saturados de «jazz band».
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