COQUETA Y ARRABALERA

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Buenos Aires Sos (BAS).- Noviembre 2008.- (Por Gabriela Sharpe).- Lugar de límites imprecisos. Donde el Centro se mezcla con la zona Norte. Mercado de esclavos, Plaza de Toros, escenario de la Reconquista durante las invasiones inglesas. Arrabal, prostitutas y fango. Declarado Lugar Histórico en 1942. Lugar de largas caminatas de Borges, Alberto Girri y Oliverio Girondo. Una de las plazas más lindas de Buenos Aires.

 

En el siglo XVII levantó allí su casa el gobernador Robles, era conocida como El Retiro, por una ermita de San Sebastián, de una ignorada orden y cuya cruz marcó el límite del ejido en 1608.

Años más tarde esta casa fue vendida a la Real Companía Inglesa, que se dedicaba al tráfico de esclavos , los galpones donde eran depositados  estaban ubicados en la cima de la barranca. Este mercado tuvo mucha actividad ya que los esclavos se vendían mucho más barato que en otras partes de América.

Los conflictos entre ingleses y españoles terminaron con el asiento de esclavos y en el sitio se construyó la segunda plaza de toros de la ciudad (la primera estuvo en la plaza Montserrat), con capacidad para 10 mil espectadores. Fue inaugurada en 1801  y las corridas de toros siguieron hasta 1819, año en que el gobernador de Buenos Aires ordena que se tire abajo la Plaza de Toros.<!–[if !supportLineBreakNewLine]–>
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La plaza fue conocida con el nombre de Campo de la Gloria, en conmemoración de los combates librados durante las  invasiones inglesas . Cuando, en 1806, se produjo la Primera Invasión Inglesa, las tropas de la Reconquista, organizadas por Santiago de Liniers, llegaron desde Tigre,  y se enfrentaron aquí a las fuerzas inglesas del Gral. Beresford. En 1807, ante la Segunda Invasión Inglesa al mando de Whitelocke, las tropas enemigas llegaban desde las actuales Callao y Santa Fe hasta Marcelo T de Alvear, encontrando  mucha resistencia. Otro Regimiento, desde la Iglesia del Socorro, llegó bombardeando la Plaza de Toros;  generalizándose una lucha en las calles de la ciudad, desde aquí hasta la Plaza de Mayo.

En 1812 sirvió de campo de entrenamiento al regimiento Granaderos a Caballo, creado por José de San Martín.

En 1862 se inaugura el primer monumento ecuestre al Padre de la Patria, pero la plaza siguió llamandose Campo de la Gloria o El Retiro, recién en 1878, centenario del nacimiento de San Martin, recibió su nombre definitivo.

Esta es la historia de una de las plazas más queridas por sus habitantes. Por sus caminos bordeados de  palmeras, tilos, sauces, gomeros, ceibos y araucarias, así como también jacarandáes traídos de Tucumán por Carlos Thays hijo, se mezclaron las musas inspiradoras de Borges, Girri y Girondo.

Borges, que vivió durante su juventud y vejez en Maipú 994, allí nomás,casi en la esquina, paseaba todas las tardes con Fanny, su empleada. La Plaza es un poco él,  por eso,  quizás, hoy se escuchen los pasos cansinos del escritor amante de Buenos Aires.

«En busca de la tarde
fui apurando en vano las calles.
Ya estaban los zaguanes entorpecidos de sombra.
Con fino bruñimiento de caoba
la tarde entera se había remansado en la plaza,
serena y sazonada,
bienhechero y sutil como una lámpara,
clara como una frente,
grave como ademán de hombre enlutado.

Todo sentir se aquieta
bajo la absolución de los árboles
-jacarandás,acacias-
cuyas piadosas curvas
atenúan la rigidez de la imposible estatua
y en cuya red se exalta
la gloria de las luces equidistantes
del leve azul y de la tierra rojiza.

¡Qué bien se ve la tarde
desde el fácil sosiego de los bancos!

Abajo
el puerto anhela latitudes lejanas
y la honda plaza igualadora de almas
se abre como la muerte, como el sueño.»

(La Plaza San Martín, publicado  en Fervor de Buenos Aires, Jorge Luis Borges)

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