Buenos Aires SOS

Buenos Aires Sos.- Enero 2009.- (Por Gabriela Sharpe).-El Jefe de Gobierno, junto con sus funcionarios, hacen oidos sordos ante el reclamo de los porteños. Los vecinos de San Telmo, Caballito, Boedo, por dar sólo algunos ejemplos, ya quedaron afónicos de tanto hablar, murmurar,gritar, cantarles las cuarenta a estos hombres que ocupan cargos públicos. Ahora le toca el turno al barrio Catalinas Sur, afectado por los oasis urbanos.

Catalinas Sur, cuyo nombre oficial es Alfredo Palacios, en
conmemoración del  primer diputado socialista de América, quien fue elegido en 1904 por los obreros del barrio de La Boca, hoy padece los avances de la topadora macrista.

Este barrio ubicado entre el Hospital Argerich, La Boca y Puerto Madero, es un oasis que se encuentra a tan solo cinco minutos del centro. Nacido en 1963 , cuando la Municipalidad decidió construir un complejo habitacional, de 2500 viviendas, entre chalecitos y edificios de no más diez pisos. Se caracteriza por sus calles interiores arboladas, su iglesia y sus dos escuelas.

Barrio dinámico y organizado, de él surgio el grupo de teatro callejero Catalinas Sur,que   nació en una choriceada organizada por la Mutual de Padres de la escuela del  barrio. Y hoy este grupo es conocido internacionalmetnte por hacer un arte en que trabajan  y actuan los vecinos, más conocidos como actores-vecinos.

Catalinas Sur tiene un problema, el Gobierno de la Ciudad quiere realizar un Oasis Urbano. No se percató  que este barrio tiene la particularidad de ser un verdadero oasis, mezcla de un querer vivir como se vive en un barrio, poder ver al vecino, no como un posible delincuente, sino como lo que es, una persona con capacidad para ayudar, un barrio donde el saludo no perdió su  cotidianidad, donde los pibes juegan en la vereda y las doñas sacan  a ejercitar el eterno sino de un barrio: el chisme.

Sin consultar con los vecinos,  llegaron los camiones cementeros y volcaron su carga sobre lo que fuera el cesped de un pequeño espacio público en la calle D’Espòsito y vias del FF.CC. Ferrosur.

Jorge Sábato, supervisor de la obra, mandó mails a los catalinenses que reaccionaron con estupor e indignación. El funcionario de Macri justifica diciendo“ … el programa que estamos realizando dentro de nuestro Ministerio de Desarrolo Urbano que se llama Oasis Urbanos, son pequeñas intervenciones de no más de 200 m2 a 500 m2 distribuidos a lo largo de toda la Ciudad, y que pretende rehabilitar sitios degradados y/o subutilizados, como es el caso de que nos toca.»

Continua así  «…el Oasis mantiene todas y cada uno de las especies arbóreas, todos los murales y refuerza el potencial del lugar con nuevos juegos infantiles y nueva iluminación, hay que recordar que este sitio era un aguantadero de Cartoneros y otras cuestiones no deseables para el barrio.»

Este mail fue respondido publicamente por el arquitecto Mario Sacco, catalinense e integrante del grupo teatral Catalinas Sur. «Ayer domingo me acerqué a ver las obras que merecen tanto lugar en el ciberespacio.
Ese rincón del borde de Catalinas no era un prolijo parque británico, pero cuando llegaba por Caboto hacia el centro, me permitía ver cómo los murales creados con tanto cariño por la gente se hacían curva para encontrar lo que fuera una calle informal que devino en un paseo peatonal bautizado, entonces sí en una votación vecinal como «Callejón de los Rusos», en postrer homenaje a esos pobres desclasados dejados de la mano de su desmembrado país de origen que fueron muriendo acosados por un macabro coctel de nostalgias, abandono y alcohol, pese a los esfuerzos solidarios de la gente sensible del barrio.
Nunca fué un «aguantadero de cartoneros» términos peyorativos que los identifican con la delincuencia. Me duele decirlo, pero ello está en línea con lo que decía el actual Jefe de Gobierno cuando lideraba Manliba y acusaba a los cartoneros por restarles quilos a la facturación de su empresa.
Te invitaría a mi vereda cuando a las seis de la mañana bajo a recoger el diario, y ya hace rato que están José y su amigo Luciano organizando los cartones que el mercado «Día» les da en exclusiva a cambio de limpiar (lo que el mercado nunca hizo).
Gracias a ellos, a los que vuelvo a ver laburando a la noche, para llevar dignidad a sus familias, nuestras veredas están limpias.
José y otros miles de Joseses asumen el reciclado que los sucesivos gobiernos han despreciado, y no merecen el calificativo fácil de cierta sociedad que los denigra y discrimina.
Volviendo al oasis, no entiendo como se puede rodear el arenero de los pibes con un muro ciego de hormigón y ladrillos, aislados del entorno, y generando, ahora sí, un seguro aguantadero de marginales, cuando los cambiantes vientos de las administraciones decidan cesar con la vigilancia prometida.
Pero ya está, esto es como Botnia, ya está casi concluido, se desperdició la demostrada capacidad participativa del barrio y habrá que aguantarse.»

Lamentablemente este barrio boquense se sumó al repudio general por las obras inconclusas, como es el caso de la calle Estados Unidos, o rechazadas por los vecinos, como la calle Defensa, que ya le quitaron los adoquines.

Macri continua con su política de deshacer Buenos Aires.