CARILLÓN PORTEÑO
— 17 septiembre, 2009 0 14Buenos Aires Sos (BAS).- Agosto 2007.- El carillón de la Legislatura porteña volverá a sonar el sábado 11 de agosto . Está formado por 30 campanas de hasta 2 metros de altura y pesa casi 27.000 kilos. Es uno de los más importantes de América.
El carillón de la Legislatura porteña, es un instrumento musical de 30 notas -cada nota, una campana- que se ejecuta por medio de una pianola Son muy pocos en el mundo que se le asemejan , pudiendose mencionar al que esta ubicado en Boston, Australia, Roma, Suiza o Alemania. Fabricado en Bockenem A. Hartz, Alemania.
Las treinta campanas tienen la inscripción CMXXX y esta grabado en relieve el escudo municipal. Alcanzan un peso total de 27.350 kg., su funcionamiento es eléctrico y puede accionarse mediante un mecanismo con teclado utilizable para la ejecución de cualquier clase de melodías, a mano, automáticamente
El carillón es parte del patrimonio histórico de Buenos Aires, pero desde hace años no suena. Según aseguró el guardián del reloj de la torre, Alberto Selvaggi, pocas fueron las veces que sonó. Llegó en barco desde Alemania, en 1930, para la inauguración del palacio del Concejo Deliberante. Su arquitecto, Héctor Ayerza, le había reservado un lugar en los balcones de la torre, pero una vez que fue instalado no produjo el sonido esperado. El problema es que es imposible afinar una campana. Es más, una vez echado el metal fundido en el molde, sólo resta esperar que suene bien. Al no conseguir el sonido esperado, Ayerza reclamó a la compañía alemana Weule, que había fabricado el carillón, y la firma explicó que el problema radicaba en su ubicación. Para demostrarlo, y para poder cobrar los 170.000 pesos (hoy, unos dos millones de pesos), la compañía levantó una instalación precaria sobre la terraza del edificio y puso en evidencia la excelente calidad del instrumento. El fabricante explicó que la torre del reloj no era un ámbito apropiado y ls campanas necesitaban estar bajo techo, pero sin que las rodearan paredes, y así impedir que el sonido rebotase. Sugirió su traslado a un lugar más amplio, se pensó en Parque Chacabuco. Desde entonces y por casi 70 años permaneció ahi.
Las pocas veces en que verdaderamente sonó, el músico encargado de tocarlo fue Carlos María Morelli. La primera vez, en 1968. La ejecución fue todo un desafío. «Uno no puede practicar porque se escucha en toda la ciudad», dijo Morelli en aquella oportunidad.
Muchos porteños recordaran haber escuchado los bronces del carillón , el 31 de diciembre de 1998. Cuando el reloj dio las 22 hs, 200.000 personas congregadas en la Plaza de Mayo hicieron silencio absoluto. Era el preludio de un concierto de las 66 campanas de las principales torres, edificios, iglesias y conventos de la zona céntrica, unidas bajo la batuta del músico valenciano Llorenc Barber . Según cuenta Alberto Selvaggi,( el cuidador de la torre del reloj), el músico llegó varias semanas antes del concierto para realizar un relevamiento de los bronces y componer la partitura de «Será Buenos Aires». La gran vedette de la pieza musical iba a ser el carillón. «Barber vino a verlo y no podía creer lo que había ocurrido. El instrumento no podía tocarse: no estaba su teclado. El concierto ya había sido anunciado, por eso decidió que se realizara igual, pero que las campanas se hicieran sonar manualmente», dijo. Esa noche, sobre la terraza de la Legislatura, los músicos no vistieron precisamente de gala. Enfundados en jeans y joggings, se dedicaron a tocar. Colgados de arneses color naranja, los músicos quedaban suspendidos de las sogas para mover cada badajo y tañir las 30 campanas. No leían un pentagrama. Seguían las indicaciones de un director que, cronómetro en mano y con una partitura delante, daba las entradas y las salidas con grandilocuentes señas: los intérpretes llevaban tapones en los oídos. Fue la última vez que el carillón fue escuchado.
Hace más de 3 meses que están encarados los esfuerzos en esta restauración. El músico Carlos María Morelli es quien interpretará este sábado «El choclo» y se escuchará en toda la ciudad.
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